Los monjes Shaolin, entrenando sin parar día tras día en su monasterio del Tibet. Impresionantes fotografías, reflejan fuerza, destreza, habilidad y sobre todo, dedicación.
Aquí se les puede ver golpeando el agua de los barreños sin parar.
Ejercicio de concentración en grupo.
Rompiendo pilas de ladrillos, un clásico.
Caminando por las paredes, sólo se consigue con una velocidad de piernas endiablada.
Ejercicios de flexibilidad y fuerza.
Ejercitando el tronco superior, agua en cubos a modo de pesas.
¡El pino sin manos! Y el maestro supervisando.
Al final de la cascada, sobre una sola pierna. Impresionante postura de equilibrio y fuerza.
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