El italiano Franco Antonello tras años de probar todo tipo de terapias con su hijo autista Andrea, decidió embarcarse en un viaje en moto por América cuando su hijo tenía 18 años, desoyendo a los expertos que le aconsejaban un ambiente de tranquilidad y orden.
La aventura le llevó a recorrer con su Harley Davidson más de 38.000 km, desde Miami hasta Porto Seguro, buscando nuevas sensaciones que ayudaran a su hijo con su enfermedad.
Franco de 52 años está separado y tiene dos hijos Alberto (12 años) y Andrea (18 años) que es autista y vive con él.
Andrea fue un niño sano hasta los dos años y medio. Tras 15 días de fiebre y gritos le diagnosticaron autismo. “Estoy convencido de que se lo provocó la vacuna triple vírica”.
Su vida cambió radicalmente, empezó a trabajar sólo por las mañanas y dedicó las tardes a Andrea y a crear y gestionar una fundación para niños autistas y discapacitados.
Fue su manera de no angustiarse con la pregunta “Cuando yo no esté, ¿qué será de Andrea?”.
Andrea es un joven que vive en un mundo lejano y paralelo, que repite constantemente la palabra “bello”. Las ideas se le escapan y lucha constantemente por atraparlas. Durante años, Franco lo lleva a todo tipo de terapias: tradicionales, espirituales, experimentales… Pero no hay resultados.
Por insólito que parezca, pasado el tiempo, mediante el ordenador y guiado por el teclado por otra persona, Andrea empieza a comunicarse con sus padres y a través de sus palabras se atisba el vendaval de sentimientos, frustración y sueños incumplidos que lleva dentro: “Soy un hombre prisionero de mis deseos de libertad. Andrea quiere curarse”.
En este descubrimiento está la clave que el padre necesita para dar un giro decisivo a sus vidas. En contra de las opiniones de los expertos que recomiendan tranquilidad y orden para los niños autistas, Franco parte con Andrea en un viaje increíble.
Recorrerán en una Harley Davidson 38.000 kilómetros del continente americano.
desde Miami hasta Porto Seguro, pasando por 11 estados de EE.UU., México, Belice, Costa Rica, Guatemala y la selva amazónica en Brasil, durante un total de 123 jornadas.
Aparentemente era una locura, ya que los niños autistas lo deben tener todo programado: horarios, comidas, medicinas.
Pero Franco sabía que no existía un libro de instrucciones, así que decidió hacer el suyo. Partió sin saber si estaría tres horas, tres días o tres meses.
Franco piensa que “Fueron las vacaciones más bellas de mi vida. Andrea no mejoró, pero volvió mucho más orgulloso de sí mismo.
No me limité en nada, estuvimos en conciertos, paseamos por calles llenas de gente y Andrea nunca perdió la sonrisa.
Cuando se tiene miedo por una situación tan fea como la enfermedad de un hijo, el instinto es poner el pie en el freno”.
Sin embargo es precisamente lo que Franco no hizo, y pensó que sólo arriesgando obtendría resultados nuevos. Cambiar, a veces, es una medicina.
Durante esta larga travesía Andrea se enfrentó a nuevas situaciones las cuales según su padre le han permitido tener una gran confianza en sus habilidades.
Según Franco también ha ayudado a su hijo a transmitir emociones que antes desconocía o a expresar sentimientos que demuestran que a pesar de su enfermedad no es tan diferente de nosotros.
Andrea, pasado el tiempo, empezó a escribir frases completas con el ordenador. Aprendió a hacerlo tras años de ejercicios y con ayuda (comunicación facilitada). Franco le hace preguntas y Andrea contesta con mucha dificultad sobre temas como el autismo, el amor, la vida; “Andrea quiere curarse”, escribe.
Estamos sobre todo ante un gran acto de superación y coraje de un padre que nunca ha abandonado su lucha por mejorar la vida de su hijo, y le damos las gracias a Franco y Andrea por mostrarnos esta maravillosa experiencia, que puede inspirarnos ante situaciones adversas para afrontarlas sin esconder la cabeza y convirtiendo nuestras debilidades en fortalezas.
“Después de una experiencia así, ¿por qué ibamos a tirar la toalla? Haremos más. Mi hijo es el mejor compañero de viaje que he tenido nunca”. Franco Antonello.
Fuente: andreaantonello.it
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