El artista californiano Gregory Kloehn renunció a la venta ambulante de caras esculturas a gente rica para dedicarse a la construcción de refugios para las personas sin hogar, o los “sin techo”. Lo más curioso e interesante es que fabrica esos refugios de lo que encuentra en la basura, dando a lo que desechan los más afortunados una nueva utilidad para los más desfavorecidos.

Cuando Gregory se dio cuenta de que sus esculturas terminaban “reposando” en los hogares de los más adinerados sin aportarle ningún valor, decidió darle un cambio de rumbo a su vida e inspirado por el movimiento de hogares ecológicos empezó a fabricar casas no tradicionales, con productos reciclados, y a regalarlas a las personas más necesitadas.

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Gregory Kloehn
Gregory busca entre la basura y coge lo que necesita.

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Él siempre había admirado las chabolas de los sin hogar en su barrio.

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Ahora aprovecha todo lo que puede de los contenedores de basura y vertederos.

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La base se compone generalmente de paletas de madera y algunos están aislados con bolsas de entrega de pizza.

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Todas van equipadas con ruedas para facilitar su movilidad.

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Son un gran regalo para las personas que viven sin medios en la calle.

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Están construidas con el techo inclinado para que la lluvia caiga a un lado.

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Y equipadas con ventanas recicladas y accesorios como espejos o incluso portavasos.

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“Ellos dicen que esto es como la noche y el día, especialmente cuando llueve”, dijo al Tribune Kloehn de cómo las personas sin hogar suelen reaccionar al recibir su nuevo hogar.

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Cada casa fabricada es distinta aprovechando diferentes elementos reciclados.

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Son prácticamente del tamaño de un sofá.

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Los refugios por dentro.

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Curiosa ventana hecha con la puerta de una lavadora.

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Realmente son originales y fabricados con mucho talento, como si fuesen una pequeña obra de arte.

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Todas las casas han sido muy apreciadas por las personas sin hogar que los reciben. “Esta es la mejor casa que he tenido en cinco años”, dijo Wonder, una mujer sin hogar que Kloehn conoce desde hace varios años.

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En un principio Gregory empezó a trabajar con una pequeña casa de madera…

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… equipada con una cocina integrada, un depósito de agua y una pequeña trampa para los desechos humanos.

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Cuando un día un hombre sin hogar entró en su taller y le pidió una lona.

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Gregory Kloehn
Entonces fue cuando se dio cuenta que ese tipo de casas son las que esas personas sin techo podrían usar.

Gregory Kloehn sabe que no puede construir casas para todas las personas sin techo, pero cuando la noticia de su proyecto de viviendas ha comenzado a extenderse en Oakland, Kloehn ha visto una afluencia de voluntarios dispuestos a ayudar. Incluso ya está pensando enseñar a otros cómo hacerlas, pues “Hay una gran cantidad de personas que se enteran de lo que estoy haciendo y quieren involucrarse”.

Su proyecto es brillante, ecológico y solidario, el impacto podría ser enorme si se extendiera.

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Fuente: Gregory Kloehn via huffingtonpost

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